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jueves, abril 18, 2024

Leyendas y curiosidades que esconde Ávila

Descubrir los distintos rincones de Ávila es genial para hacer turismo de calidad. Eso sí, si lo acompañamos con el conocimiento de estas leyendas y curiosidades, la experiencia será muchísimo mejor. ¡Atentos a estas historias!

7 leyendas y curiosidades que esconde Ávila

Pasadizo secreto de la Catedral de Ávila

Era una leyenda, pero en 2010 se descubrió un pasadizo secreto de 13 metros en los subterráneos de la Catedral de Ávila. Hay muchas teorías sobre la utilidad de este pasillo: la primera de ellas es la más antigua y la que acompaña a la leyenda y es que dicen que era una comunicación secreta entre la seo y el antiguo Palacio Episcopal. Sin embargo, otra de las teorías es que su función era garantizar una vía de escape y otra que era una vía para facilitar la entrada de soldados, y es que la Catedral de Ávila tenía una doble función: como templo y como castillo o fortaleza hasta el siglo XVII. ¿Con qué teoría os quedáis?

Los cuatro postes

Visitar el humilladero de los Cuatro Postes es más que recomendable por la panorámica espectacular que nos regala de Ávila. Atravesando el puente del río Adaja, nos encontramos con este lugar que tiene una historia que contar que tiene que ver con Santa Teresa de Jesús o, simplemente, Teresa de Ávila. Fue allí donde fue interceptada junto con su hermano Rodrigo cuando se disponían a huir al sur a evangelizar infieles, sin importarles ser descabezados, y es que así se convertirían en mártires.

Años después, cuando invitaron a la santa a marcharse de la ciudad por su manera de entender la religiosidad, paró allí mismo mientras abandonaba la ciudad y mientras se quitaba las sandalias, gritó “de Ávila, ni el polvo”. El final de la historia deja mejor sabor de boca porque terminó reconciliándose con su patria chica.

leyendas y curiosidades que esconde Ávila

La Calle de la Vida y la Muerte

Esta leyenda tiene que ver con un pintor llamado Cristóbal Álvarez, que un buen día restauró un retrato de Beatriz Dávila, que vivía en el Palacio de los Velada y de la que se enamoró profundamente. Todos los días, este pintor acudía a contemplar su obra y cuando no estaba allí, era porque merodeaba por la casa de su amada, muy cerca de la Catedral de Ávila.

El problema vino cuando uno de los Aguila, familia poderosa de la ciudad y también enamorado de Beatriz se enteró de que el pintor andaba detrás de la muchacha. Así que ciego de celos fue en busca de Cristóbal, iniciando un combate en la calle de la vida y la muerte en la que Aguila murió. Beatriz no pudo decidirse por nadie, y es que el pintor, no sabemos si por desamor, decidió irse a luchar a Flandes.

San Antonio de El Tiemblo

El municipio de El Tiemblo alberga uno de los grandes atractivos turísticos de la provincia de Ávila: los Toros de Guisando. Justamente esta zona tiene muchas leyendas conocidas por los pobladores de la zona y queremos contaros una de ellas. Este municipio sufría de inundaciones frecuentemente. La desesperación de los vecinos les llevó a reunirse con el párroco para buscar una solución. La idea fue escribir en varios papeles los nombres de los santos que se le fuera ocurriendo a cada uno para que uno de ellos fuera su protector ante estas inundaciones.

Toros de Guisando

Tras decidirse definitivamente por esa alternativa, fueron metiendo todos estos papeles en una bolsa en la que la mano inocente de un niño sacaría el nombre elegido. La primera en aparecer tenía escrito “San Antonio de Pauda”, algo que sorprendió mucho a los vecinos ya que ninguno de ellos recordaba haberlo escrito, ni siquiera conocían la existencia de este santo. Esta operación se volvió a repetir en dos ocasiones con el mismo resultado y fue cuando entendieron que era el propio San Antonio de Pauda el que se había ofrecido para ser el patrono de la villa y, por supuesto, así fue.

Santa Paula Barbada

Os hablamos ahora de una muchacha del medievo que era hermosa, bondadosa y que para ganarse la vida acudía desde Cerdeñosa a la ciudad de Ávila para vender sus verduras que cosechaba ella misma. Por cierto, el camino que hacía a diario le hacía pasar por la ermita de San Segundo, así que aprovechaba para rezar a mitad de camino. Se llamaba Paula y era respetada por todos menos por uno. Un caballero, al que no deberíamos llamar así, se encaprichó con ella y continuamente la acosaba y lanzaba palabras libidinosas.

Un buen día, asustada por su mala actitud, corrió a la ermita de San Lázaro, ahora desaparecida y ubicada en el Puente Adaja, y pidió a Dios que le diera algún tipo de fealdad en el rostro. Pues dicho y hecho. De su cara brotó una frondosa barba que impidió que el gañán reconociera a esta mujer que, tras el favorcito, se trasladó a la ermita de San Segundo para dedicarse a la oración y a ayudar a los demás.

La muralla de Ávila (parte I): El escudo

Todo comenzó a principios del siglo XII con el matrimonio de Alfonso I el Batallador, Rey de Aragón, y Doña Urraca, Reina de Castilla, que ya por entonces tenía un hijo de un matrimonio anterior y, por lo tanto, heredero del reino. Esto es algo que llevaba a los demonios a Alfonso I que, gracias a su actitud, hizo que Doña Urraca y su hijo huyeran hacia la ciudad de Ávila.

El rey aragonés se dirigió hasta tierras abulenses para reclamar al niño y, probablemente, quitarlo de en medio, pero cuando llegó a sus puertas los ciudadanos le dijeron que el Niño Rey se quedaba allí. Alfonso I, que no se fiaba pensando que a lo mejor ya estaba muerto, pidió que se lo enseñaran y eso hicieron, lo mostraron por encima de las almenas de la muralla. Por ese motivo, el escudo de Ávila muestra a ese niño y futuro rey en el dibujo del monumento más emblemático de la ciudad.

La muralla de Ávila (parte II): Las Hervencias

El barrio de las Hervencias recibió su nombre gracias a la continuación de la historia que os acabamos de contar más arriba. Resulta que al mostrar al pequeño heredero a Alfonso I El Batallador, este no era capaza de reconocer al niño rey porque estaba demasiado lejos, así que con el fin de acercarse un poco más a la muralla con toda la seguridad de seguir vivo, pidió unos rehenes.

leyendas y curiosidades que esconde Ávila

 

Un total de 70 caballeros fueron apresados por el rey aragonés que, en vista de que no podía hacer nada para atacar la ciudad de Ávila, decidió retirarse de la ciudad aunque llevando a cabo una venganza muy cruel: hizo sumergir en grandes ollas de aceite hirviendo a los apresados. Justo esa zona es la que ahora se conoce como las hervencias.

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