Ruta por 9 castillos de la provincia de Valladolid

Tenemos un montón de formas de recorrer la provincia de Valladolid, pero sin lugar a dudas una de las más interesantes y originales es hacerlo a través de sus castillos. A continuación te proponemos un recorrido por los nueve castillos más destacados de Valladolid, pieza fundamental en la historia de los municipios que los albergan y que nos permitirá viajar al pasado a través de estas singulares construcciones.

Castillo de Peñafiel

Seguramente este castillo del siglo XI, derribado y reconstruido en 1456, sea el castillo más espectacular de Valladolid, un honor que se debe a su privilegiada ubicación en la cima de una colina que separa los valles del Duratón y el Botijas. Recuerda que estamos en tierra de vinos, así que no te sorprendas cuando descubras que el castillo alberga el Museo Provincial del Vino.

Castillo de la Mota en Medina del Campo

Cuando pensamos en un castillo nos viene a la cabeza una construcción como el mudéjar Castillo de la Mota que entre otras cosas cuenta con la torre del homenaje más alta de Castilla. Construido sobre unas murallas del siglo XII, no se acabó hasta el XV; tiene una planta cuadrada y está protegido por cuatro torres y un foso que solo podemos salvar a través un puente levadizo.

Castillo de Simancas

A lo largo de su historia, que arranca en 1465 con las obras de su construcción, el Castillo de Simancas ha sido depósito de armas y monedas, cárcel y archivo, papel que a día de hoy todavía desempeña. Esto ha hecho que siempre haya estado ocupado, por lo que se conserva en perfecto estado. Además, hasta el siglo XVII se fueron renovando o ampliando sus elementos.

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Castillo de Torrelobatón

A principios del siglo XV empezó la construcción de este castillo, que vivió en sus propias carnes los estragos de la Guerra de las Comunidades. En 1538 se repararon los desperfectos causados por el conflicto. En su torre del homenaje encontramos el Centro de Interpretación del Movimiento Comunero, que nos acerca este acontecimiento histórico de vital importancia para la historia de Castilla y León, además de los escenarios de la revuelta.

Castillo de Fuensaldaña

Originalmente el castillo tenía un puente levadizo que ha pasado a la historia, pero eso no es motivo para dejar de visitarlo. Se trata de una construcción de planta rectangular, tres alturas y un sótano unidos por escaleras de caracol. Su construcción empezó en el siglo XIII, proyectado por la Escuela de Valladolid, aunque el aspecto del castillo actual data del siglo XV .

Castillo de Urueña

Urueña es el destino ideal para cualquier amante de los libros. El castillo de esta ciudad amurallada no puede visitarse, ya que allí está el cementario municipal; pero sí que podemos acercarnos hasta Urueña y disfrutar de sus murallas y de las vistas de los campos castellanos siempre bajo la supervisión de este castillo del siglo XI que consta de una solo torre del homenaje.

Castillo de Portillo

Aunque se empezó en el siglo XIV, lo que explica sus elementos góticos, su construcción se alargó 150 años, lo que incluye varias fases y estilos. Finalizado en el siglo XV, en la torre del homenaje se celebran exposiciones temporales y en verano se organizan actividades culturales de todo tipo, como conciertos en el patio de armas, la Feria de la Artesanía y el ajo de Portillo o actividades benéficas. También hay visitas teatralizadas nocturnas.

Castillo de Iscar

La entrada al recinto es gratis, pero si quieres una visita guiada antes tendrás que concertarla. Este castillo data del siglo XIII, y está en una ubicación privilegiada sobre una llanura entre los ríos Cega, Pirón y Eresma, lo que le permite dominar una basta superficie. En el siglo XV se reforzó la torre y se añadieron modificaciones como un espolón defensivo protegido por dos torreras.

Castillo de Curiel

Acabamos en el castillo más antiguo de Valladolid, pero también el que está a más altura, en la cima de un cerro rocoso que domina el valle del Duero y la localidad de Curiel de Duero. Se levantó sobre un castillo romano del siglo IV, y se estima que los muros originales del castillo datan del siglo VII. El paso del tiempo hizo que en 2003 estuviese en ruinas, pero se restauró para convertirlo en hotel.